domingo, 28 de octubre de 2012

Un día más en la rutina

¡Buenos días estimados lectores! Por fin un domingo que puedo hacer una entrada sin disculparme por el retraso, que gratificante. Bueno, como dije en la anterior entrada, hoy os traigo esa pequeña sorpresa nombrada: una serie continua. Pero no, no la que a mí me de la gana y ya está, sino que vosotros decidiréis.
El anterior relato acaba de manera abierta porqué no termina ahí, sino que continua, al igual que el que leeréis a continuación (si, es un pequeño spoiler, pero no desvela nada crucial del relato el saber que continua). Así que lo dicho, vosotros, en una encuesta que pondré en la barra lateral derecha, votaréis que relato os gusta más y os gustaría saber como continua, para hacer la serie de este que seguramente subiría los miércoles-jueves, esto ya lo aclararía en la próxima entrada.
La votación durará de este domingo al lunes que viene no, el siguiente (una semanita casi). Una vez hechos los votos, esa semana miraré que día hago el relato de la serie (ya os lo intentaré anticipar) y listo, ese día sera serie y el otro relato "aleatorio" por decirlo de alguna manera.
Pero bueno, me centro en la presentación de este relato.
Esta vez estamos en un futuro no demasiado lejano, situado en el año 2030-2050 (ya que entre esas fechas ocurrieron los hechos más notables en la historia de la serie), pero los protagonistas se sitúan sobre el año 2040-2045. Elvên es un joven ya bien entrado en los veinte y Jack ya ronda la treintena de años (para que os hagáis a una idea de como pueden ser).
Pero bueno, mejor no os digo nada más y os dejo con el relato. En caso de que lo votéis ya descubriréis más acerca de estos personajes y de futuros, al igual de que si votáis el de Un bar cualquiera ya veréis que ocurre con Matt.
¡Ah! Añado que el nombre de Jack, John, y demás parecidos son nombres que me gustan, por lo que pueden aparecer en más de un relato pero (¡ojo!) eso no implica que sea el mismo personaje: Para nada.
Bueno, aquí lo tenéis:


   Hoy era otro día más en la rutina, sin novedades apenas.
  Los experimentos diarios con mutaciones genéticas y las pruebas con nuevos mecanismos robóticos seguían viento en popa, o eso decían las noticias. Los trabajadores, exhaustos de trabajar, volvían a sus respectivos hogares; la mayoría para reunirse con su familia después de un día duro de trabajo, otros directamente se pasaban por el bar a tomar una última copa antes de irse a dormir.
   Esa gente solían ser solteros, personas anónimas, sin nombre ni pasado, en ocasiones sin esperanza de futuro, pues también se encontraban entre la muchedumbre algún viudo o divorciado. Raramente se encontraba a algún tipo casado en estos garitos de mala muerte.
   Jack Slayer no era uno de esos trabajadores, por supuesto que no lo era, nunca se le había dado la investigación, ni siquiera el trabajo de oficina. Él siempre había sido demasiado impaciente para casi cualquier cosa y, eso, en esta sociedad con los trabajos que habían, no era demasiado bueno. Aún así, seguía teniendo algo en común con todo el gentío que rondaba por allí, pues él, también a la misma hora que ellos, iba al mismo bar de siempre a tomarse una copa, haciéndole uno más en ese grupo.
   -¿Qué tal el día, Jack? –Dijo su fiel y único amigo, Elvên León, sentándose a su lado.
   -Ninguna novedad… -se limitó a responder- ¿Tú?
   -Pues nada, seguimos con esos experimentos para las nuevas mascotas que publicitan por televisión, aunque no logramos avanzar mucho –suspiró-. El lado bueno –sonrió levemente-, es que al menos la financiación sigue aportando dinero.
   -Jé… ¿No eres tonto, eh?
   -¿Qué esperabas del investigador jefe? ¿Que lo fuera?
   La conversación entre estos viejos amigos fue alargándose, recordando antiguas anécdotas y riendo por ellas. Era uno de los pocos momentos donde Jack se encontraba cómodo, seguro y, además, libre de poder expresarse, ya que con Elvên podía bajar todos los escudos que ponía ante el resto de personas con su característica rudeza.
   Pero dicha plática no duró demasiado, pues en un abrir y cerrar de ojos se pudo escuchar una explosión proveniente del exterior.
   -¿¡Qué coño ha sido eso!? –exclamó Jack, corriendo hacia la salida del bar.
   Su amigo suspiró, dejó el dinero sobre la barra, donde habían estado previamente tomando algunas cervezas, y se dispuso a seguirle. Cuando salió pudo contemplar, junto a Jack, que un edificio enorme, uno de los laboratorios donde él trabajaba, había estallado en llamas mientras salía una gran cantidad de humo negruzco de su interior.
   -¡Le dije a ese estúpido que no trabajase hasta tan tarde –gritó Elvên en mitad de la calle-, que tenía que descansar!
   -Cálmate –le dijo Jack, mirándolo de reojo-. O, al final, serás tú el centro de atención.
   -Vale, vale… -refunfuñó.
   Los bomberos no tardaron en llegar y se dispusieron a apagar las brasas de la edificación de inmediato. Por suerte no hubo ningún muerto, solamente encontraron a un joven, casi de la edad de Elvên, con quemaduras de segundo grado debido a que se había encontrado en el origen de la detonación.
   -Le dije que se fuera a su casa…
   -Bueno, entonces será mejor que nosotros hagamos lo que tú le dijiste a ese chaval y volvamos a nuestros respectivas moradas. Ya no veremos mañana, como siempre –se despidió Jack, poniendo su mano en el hombro de su antiguo compañero-. Adiós.
   Elvên se despidió de él con un simple gesto.
  El treintañero, vestido con un chaquetón oscuro y unos tejanos azules, empezó su rumbo hacia su vivienda, pero según se alejaba del lugar de los hechos pudo notar como alguien le seguía. Se iba volteando de vez en cuando, esperando ver a alguien detrás de él que le observara, pero solamente habían más personas, transitando las calles, sin reparar en él.
   Llegó a su piso sin problema alguno y puso su palma en el identificador de huellas de su puerta correspondiente, pues en ese bloque había una entrada para cada piso. El identificador hizo un pitido afirmativo, confirmando la huella, y se encendió una lucecita verde.
   Alzó la cabeza, para acabar de abrir la puerta que solía quedarse atascada, pero nada más hacerlo algo le golpeó con fuerza la cabeza, haciendo que perdiera el conocimiento.


Bueno, ¿qué os pareció? Ya sabéis que podéis comentarlo abajo, enviando un correo electrónico o dándole a algún botoncito de abajo. ¡Y no olvidéis votar en la encuesta que relato preferís!
AVISO: El relato está basado también en un rol que hice hace tiempo, por lo que se narrarán hechos ocurridos en ese rol y, también, de inventados. Al haber sido un rol creado por mí en su día, todos los hechos ocurridos, vendrían a ser de mi "propiedad" para usarlos de la manera que creyera oportuna.

   ¡Un saludo y hasta la próxima!

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